Cuando éramos niños…

Todos, cuando éramos niños y se nos caía un diente de leche, lo guardábamos bajo la almohada para que al día siguiente llegara el Ratoncito Pérez y nos dejara un pequeño regalito…

Por ese fantástico recuerdo y por la magia que despierta este personaje en los niños queríamos dedicar esta vez, una fiesta relacionada con la temática.

La idea era que cada niño diera rienda suelta a su imaginación creando su particular ratón Pérez, su puerta mágica y todo aquello que quisieran…

De nuevo, una tarde especial en la que sin duda, muchos mayores aprendemos de la inocencia y la creatividad de los más pequeños.

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